Ancianos masajistas

No entiendo a la gente que dice que no soporta a los yayos cuando yo me los comería a besos a todos.

Y es que llevo unos días que los miro y veo que se duermen de aburrimiento cuando no les hablamos y se pueden pasar la tarde entera mirando las musarañas sin hacer absolutamente nada.

Así que llevo unas semanas que no paro de darles tema, aunque digan cosas incoherentes y al final crea que empiezo a volverme majareta yo también por seguirles la «conversación», pero así nos entretenemos todos, y nos reímos, sobretodo nos reímos.

Y aprovechando que me encantan los mimos (se podrían pasar el día sobandome y yo encantada de la vida) y viendo que mis queridos abueletes no se mueven y se aburren, pues les tiendo el brazo para que me hagan «cosquillitas» diciéndoles que me duele mucho. Y oye, no me veas como se esmeran en darme un masaje en el brazo, hasta en los espacios interdigitales, son una pasada! Dentro de un tiempo me los veré con más flexibilidad y todo xD

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Esta fotografía la tomé con la cámara del móvil mientras una abuelita de 90 años se entretenía calmando mis supuestos dolores, lástima que no pueda divulgar fotos porque tendríais que ver la cara de esmero y de felicidad que tenía :D! Y encima de tanto en tanto me preguntaba: «¿notas mejora?,  ¿se te ha calmado ya?».

Y no, no os penséis que abuso de ellos, pobrecitos, que entretanto les toco el pelo, les hablo, les cuento cositas,…:)!

¡Si es que me los quiero un montón!

El primer pinchazo de insulina, ¡por fin!

¡¡Sí!! Hoy por fin, al cuarto día de prácticas en el hospital como enfermera, he pinchado :D!! Tengo que admitir que me moría de ganas por que me dieran una inyección y me dijesen «pincha a tal». Suena cruel, pero es que me encanta pinchar. se queda una a gusto.

Y seguramente pinchar una insulina no es que tenga mucho mérito. Pues muchas personas dependeinsulinan de ella y se pinchan ellas mismas, pero bueno, a mi me hace ilusión haber podido pinchar.

También he empezado a retirar sondas vesicales, a administrar medicación por las vías, poner nasogástricas, quitar grapas (esto aun me cuesta un poco, pero bueno xD), curar heridas, a hacer transfusiones de sangre, poner y quitar apósitos para evitar o curar úlceras, etc.

En fin, que empecé las prácticas con ganas de acabarlas porque me sentía torpe a más no poder y ahora veo que la cosa se empieza a poner interesante :P!

Nada, tenía ganas de soltarlo, jajaja!

Lapidada con tan solo 13 años

Y aunque tuviese 70, me importa un bledo.

Me parece totalmente vegonzoso estar en los años en los que estamos y que aún existan países con una mentalidad tan retrasada.

La niña a la que hago mención, Aisha Ibrahim Duhulow, fue sido violada y murió lapidada, en Somalia, por un grupo de 50 hombres, mientras unos 1.000 espectadores contemplaban la escena. Al principio se creía que la niña tenía 23 años, ya que por su aspecto físico aparentaba más edad, pero tras investigar y consultar varias fuentes se descubrió que ésta sólo tenía 13 años.

lapidacion

Aisha había sido acusada de adulterio según la ley islámica, pero se acabó descubriendo que había sido violada y cuando fue a poner una denuncia le acusaron de adultera. Por si alguien lo dudaba, de los hombres que fueron partícipes en la violación, no se les ha acusado ni arrestado.

Después de la lapidación un grupo de enfermeras se la llevaron al hospital, y al comprobar que la pobre niña aún seguía con vida, se la volvieron a llevar, la colocaron de nuevo en el hoyo, y continuaron la lapidación hasta dejarla sin vida.

Y para los que piensen, «¿y esos 1000 espectadores no hicieron nada?». Pues sí, esta vez sí que hicieron, y como recompensa los milicianos presentes dispararon contra estos voluntarios, e incluso mataron a un niño.

No me gusta meterme con religiones ni políticas, pero por favor, un poco de cabeza, que esto no es ni religión ni políticas ni mierdas, esto es la crueldad en su máxima expresión. Y luego dirán que si los Derechos Humanos, que si la igualdad, que si la justicia…En fin, de momento eso no lo veo por ningún lado.

Visto en: Lo que me toca los cojones

La diosa Lakshmi

Lakshmi es una niña de dos años que, justo el día de la celebración hindú de Diwali, dedicado a la diosa Lakshmi (diosa de la fortuna y de la abundancia) de ocho brazos, nació precisamente con 4 brazos y 4 piernas. Su poblado se conmocionó ante la noticia y empezaron a ver a la niña como a la reencarnación de tal diosa, así que rechazaron totalmente una intervención quirúrgica.

Pero Lakshmi no era ninguna diosa como ellos creían, sino que padecía de isciogapus, un síndrome que la une a un gemelo parásito que no logra desarrollarse. Ésta nació unida por la pelvis junto al cuerpo del que iba a ser su hermano gemelo, que no se desarrolló correctamente. Con el tiempo las espinas dorsales se habían fusionado, había adquirido 4 riñones, los nervios se habían enredado y tenía dos cavidades estomacales y dos cavidades pectorales.

A pesar de que había un riesgo del 20-25% de que muriera durante la operación, un cirujano del Hospital Sparsh decidió llevar a cabo la intervención. La operación, donde no hubo ningún contratiempo, duró más de 40 horas con la colaboración de un total de 36 cirujanos plásticos, pediatras, neurólogos, cardiólogos y personal de cuidados intensivos que, finalmente, lograron separar las dos espinas dorsales, los brazos, las piernas y el resto del «mellizo parasitario».

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